Guadalupe desde sus propios orígenes ha sido lugar de encuentro, donde se han dado cita arquitectos, pintores, escultores, bordadores, iluminadores, orfebres, músicos, filósofos y teólogos, que han contribuido a la formación de afamadas instituciones, cuya labor científica y cultural está reflejada en cada una de las veinte secciones que componen la Biblioteca Franciscana de Guadalupe, distribuida en tres grandes salas: Biblioteca Mayor, instalada en la parte Sur del Santuario, justamente encima de la Sacristía; Biblioteca Minor, situada en la segunda planta de la Torre de Santa Ana y la Hemeroteca, en la planta tercera de dicha torre. No nos detenemos en esta ocasión, en su Biblioteca Artística, de ciento tres cantorales miniados, de los siglos XV al XVIII, magníficamente expuesta en el Museo de Miniados, por ser una producción netamente jerónima.
Actualmente la biblioteca se sitúa en el antiguo pabellón de la librería, obra gótica de amplias y esbeltas proporciones, construída en el siglo XV, surtida de libros impresos, que aunque en la época jerónima era grandemente estimada nunca alcanzó la suma de diez millares de volúmenes.
En 1835, como consecuencia de la exclaustración, desamortización y pérdida de bienes, todos los libros de la antigua librería jerónima fueron llevados a Cáceres. Se pretendía formar en la capital de la entonces nueva provincia una biblioteca de rango provincial, que todavía existe, trasladada a un nuevo edificio con título de Biblioteca del Estado
Después en 1908, la Orden franciscana, tomó posesión del monasterio y lo convirtió, un año después, en casa de estudios aunque no recibió ningún libro de la antigua y desaparecida librería
Durante el largo período que corre de 1908 a 1992, la Orden logró su cometido: la formación de la actual biblioteca, instalada ahora en amplios salones en la parte sur del monasterio.
Actualmente la biblioteca ofrece más de 102.000 títulos (libros folletos, periódicos y revistas) que están colocados y distribuidos en varios departamentos. El archivo histórico del monasterio no fue en la exclaustración de 1835 tan expoliado como la biblioteca, aunque desaparecieron para siempre muchos de sus fondos. Actualmente guarda un conjunto interesante de códices, legajos y pergaminos, de los siglos XIV-XX, perfectamente recogidos en el Inventario del Archivo del Real Monasterio de Guadalupe. Madrid, 1958.
Los títulos (libros, folletos, periódicos y revistas) que contiene la biblioteca, están debidamente catalogados con su correspondiente ficha técnica, ordenados por orden alfabético y decimal dentro de cada sección. Además, desde el 2001, la mayoría de los fondos de la biblioteca se pueden consultar a través de la red en el Catálogo Colectivo de Patrimonio Bibliográfico, lo que nos permite tener un conocimiento bastante amplio de dicho patrimonio cultural, conseguido gracias al empeño de la Comunidad Franciscana, la generosidad de distintas instituciones y al sentimiento de muchos devotos guadalupenses.
Los 102.645 títulos están agrupados en los siguientes departamentos:
Toda biblioteca que se precie por sus contenidos y fondos, debe tener entre sus estantes una buena colección de diccionarios. En el caso de Guadalupe es evidente que con estos mil trescientos diccionarios, el bibliotecario, estudiosos e investigadores tienen un buen instrumental para resolver muchas de sus dudas, sobre todo en la época que no había Internet.